luns, 3 de agosto de 2015

Carta abierta a mi EM

Hola compañera, en todo este tiempo he manifestado muchas veces lo que siento, lo sabes de sobra. Lo he pensado en mi cabeza, donde tú habitas, y sé que tú escuchas mi silencio.
Hace ahora un año comenzamos a coincidir mucho, estábamos destinadas a conocernos a fondo. Llegó entonces el día de la presentación, reconozco que tu nombre me hizo temblar más de lo que habías conseguido hacerme temblar hasta ese momento. Tras una invasión de pánico, llegó la aclaración; me hablaron en profundidad de ti, me explicaron tu forma de ser, me dieron las pautas para tratar contigo. Te encogieron, pero para mí seguías siendo muy grande y oscura.
Nos fuimos para casa, los gritabas a todas horas así que tu nombre y apellido retumbaban en mi cabeza, la que ahora tengo que considerar nuestra. Podía notar como te ibas durmiendo, estaba comprobando que no eras el gigantesco monstruo que parecías y cada vez tus alaridos sonaban más bajo. Fui aprendiendo a convivir contigo mientras vivo MI vida, esto sí que no lo comparto contigo por mucho que salgas de la parcela craneal.
Muchas veces aún me metes algo de respeto, pero ya no pánico, hace tiempo que se acabó tener a diario pesadillas contigo y al despertarme ver que sigues ahí (Pesadilla en EM street).
Durante toda nuestra historia sabes que has conseguido amargarme momentos en los que al final te sonreía, eres esa eficaz dura maestra a la que siempre acabas agradeciéndole la lección que has aprendido.
Me he hecho a la idea de que vamos a estar juntas lo que nos queda de MI vida, te he domesticado, y bien sabes que eres responsable de lo que domesticas (ves, si yo fuese El Principito tú serías mi zorra). Lo curioso es que ya no me imagino la vida sin ti.
No te voy a decir que me gustas, estaría mintiendo, pero sí te doy las gracias por muchas cosas; te odiaré siempre que te muevas, pero si no lo haces me pasarás desapercibida.
Si algún día decidieras marcharte, por mí no mires atrás, pero no te lleves contigo la sabiduría que aportas, es el alquiler que te pido.
Hasta aquí noquerida compañera, tengo la sensación de que te ha gustado, ha llegado a tus oídos como una nana. Descansa mucho.

7 comentarios:

  1. Enorme, muy bien, simplemente solo puedo decir 3 palabras.
    Que buenas eres!!!!

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  2. Dicen que no hay mal que por bien no venga, y desde luego de lo poquito que podemos agradecerle a una enfermedad seria es lo que hace de nosotros como personas.

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  3. Todos pasamos por la fase de escribirle una carta a nuestra EM (u otra enfermedad), yo le daba las gracias abiertamente (A mí EM, gracias, se titulaba), lo escribí poco después del diagnóstico y aún sigo pensando lo mismo. Siempre lo he dicho, a mí la EM me ha dado más de lo que nunca podrá quitarme. Creo que, en el fondo, todos hemos sacado algo positivo de estar "Enfermos".

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  4. ...Bien, bien, bien, bien!!... Ese estilazo de escritura que vas cogiendo, me gusta...

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  5. Fabuloso, una carta a nuestra querida compañera que si tú me lo permites la voy a colgar en WhatsApp para que mis hijos la puedan leer, describes con toda perfección lo que a mí se me habría pasado por la cabeza también, muchas gracias

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  6. Recién ircorporada a esta vida. Da gusto escuchar vuestras opiniones. Y Paula, da gusto leerte.

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