venres, 18 de decembro de 2015

Ejercicio de EMpatía

Abres los ojos, es la hora de la pastilla. Antes de levantarte hay que hacer los estiramientos de piernas pertinentes, pues como todos los días las piernas son las más dormilonas, y está demostrado que si las haces levantarse sin estar preparadas te dejan vendida, vendida y en el suelo.
Vas al baño y desayunas, siempre en ese orden, pues si no vas a estar pegando saltitos con las piernas pegadas desde que pones el primer pie en la cocina, cosa que pasa cuando el baño está ocupado. Desayunas con tranquilidad y te vistes, es la hora de ir al gimnasio, pero qué pereza, ¿no?, si ya estuviste ayer, y anteayer, y la semana pasada… da igual, el resultado si no vas repercutirá, y mucho, en las horas venideras. Antes de salir de casa acuérdate de esperar un rato y “hacer ganas” vamos, que pases por el baño si no quieres empezar a hacer deporte cargada con la bolsa del gimnasio corriendo hasta allí.
Bueno, ya estás con tu modelito chandalero, empezamos con un poco de cinta. Por suerte a primera hora hay poca gente por ahí, la gente te va a mirar preguntándose qué hace esa tía con el pedo que lleva andando en la cinta. Subimos velocidad y echamos a correr, curiosamente nos resulta más fácil los primeros minutos, pero no todo va a ser tan bonito. A medida que te cansas, tus ojos lo hacen más, se deben de aburrir de ver lo que tienen en frente y deciden reducir la producción: “con que distinga un poco las figuras y los colores le sobra”. En algún momento una de tus rodillas, o las dos, te va a dar el aviso de que vayas parando, que en cualquier momento para de trabajar también. Obviamente le haces caso y cambias de tarea tras haberte echado agua fría en nuca, muñecas y sienes, y sentarte unos minutos, por la vista calibras cuando estás listo para seguir. Continúas y te vas llevando pequeñas alegrías relacionadas con tu mejoría; que si aguantas un poco más, que si tienes más fuerza…. Acabas, estás totalmente machacado pero no fatigado, enhorabuena, objetivo cumplido. Haces el cuarto-quinto y último pis en el gimnasio y para la facultad, que el día no ha hecho más que empezar.
Llegas a la facultad tras haber usado muchas escaleras, recurso arquitectónico del que nunca te podrás fiar al 100%, sobre todo si son de bajada, tú echas un pie pero este está indeciso sobre si apoyarse en el siguiente peldaño, lo ayudas agarrándote a la barandilla para obtener un plus de seguridad, ya que hay veces que no le apetece bajar y decide dejar de existir, tu tobillo o tu rodilla no está, tu pierna pasa a ser una avanzada partida de jenga. Pasas por el baño antes de entrar al aula para no interrumpir luego la clase, esto a veces sale bien y otras no. Comienza la clase, vas atendiendo y siguiendo, estás cogiendo apuntes, pero la velocidad del profesor es siempre superior a lo que tu cabeza puede procesar, te has quedado una frase atrás de lo que está diciendo ahora, y ya no te acuerdas de cómo continuaba aquella. Dejas el bolígrafo y te pones a intentar atender solamente, ya pedirás los apuntes. A falta de 20 minutos para acabar, ring ring, te suena la alarma del servicio otra vez, haces cábalas de si aguantarás lo que queda o no, la clase está llena de gente, y te da vergüenza ser quien siempre interrumpe, sale por la puerta en plena explicación y vuelve a los 3 minutos sin la cara de angustia con la que salió; por lo que procuras aguantar y centrarte en la clase, pues cuanto más piensas en ello más ganas te entran. Al acabar la clase, pasas por el baño independientemente de si has salido o no antes, y te vas para casa. Te sientas un buen rato en el sofá hasta hacer hambre, y aprovechas para beber como si no hubiese mañana, pues llevas toda la mañana aguantándote la sed para no ir todavía más al servicio.
Te haces la comida; pescado azul, pollo, pavo o totalmente vegetal. Esto es opcional, pero si te dicen que es lo mejor procuras hacer caso a todo este tipo de cosas. Comes. Qué sueño. Toca fregar. Estás deseando tumbarte, o por lo menos estar sentado, no estar de pie delante del fregadero, pero lo haces. Visita al baño antes de marchar y de vuelta a clase, la asignatura no tendrá que ver en absoluto con la de la mañana, pero tú la vives igual. Te pierdes, deseas que acabe, te frustra el folio que tienes delante rematado con una frase a medias.
En función del día acabas a una hora o a otra, aprovechas horas huecas que tienes para ver algo los apuntes que tienes de otro año, pues con los tomados por ti no ibas a llegar lejos y menos a partir de las 5 de la tarde, cuando ya tienes que leer cada frase 3 veces para encontrarle un sentido.
Acaba la jornada de facultad. Te vas para casa, has ido al baño antes de salir obvio, pero debió tratarse de una de las famosas micciones incompletas, vamos, se ha cortado cuando solo se habían vaciado tres cuartas partes del depósito, una pequeña cantidad pero que hace sentir que está completamente lleno, falta nada para llegar a casa y de tu cabeza no sale el “no llego”, siempre acabas llegando, pero el malestar no te la saca nadie.  Bendito momento el de llegar a casa, ponerte el pijama, cenar para tomar la segunda pastilla y enganchar el sofá, llevabas desde que abriste los ojos pensando en este momento. Se ha acabado tu día, mañana será otro distinto, pero muy parecido.
Esto es lo que yo llamo la “base del día”, luego llegan los extras, ir al supermercado, poner una lavadora, ir a tomar algo, pasear al perro, escribir en el blog…
A lo mejor parece fácil; pero no, os aseguro que no.
Os animo a hacer este ejercicio de empatía, tal vez os ayude a comprender mejor que no soy vaga, ni casera, ni sosa. Que simplemente hay muchos días en los que no me da el presupuesto para añadirle extras, incluso que hay días en los que no tengo ni la masa de la base, días de comer harina a cucharadas.

                                                                               18 de diciembre, Día Nacional de la EM.

8 comentarios:

  1. La gente no se hace una idea. Y tiene que EMpatizar más. Se dan muchas cosas por hecho y a más de uno querría ver tirando del carro como lo hacéis vosotros.

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  2. Uff extras... 30 pacientes... turno de tarde... tú y yo sabemos q no todos los días pueden ni con un extra... aunque vivir con una sonrisa lo es ;)

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  3. Uff extras... 30 pacientes... turno de tarde... tú y yo sabemos q no todos los días pueden ni con un extra... aunque vivir con una sonrisa lo es ;)

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  4. Muy bien, pero que muy bien... Estos son los escritos que nos hacen falta para mostrar a la bicha al mundo...

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  5. Muy bien, pero que muy bien... Estos son los escritos que nos hacen falta para mostrar a la bicha al mundo...

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  6. Fantastico creo q la empatia es el mejor valor q puede tener una persona.

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  7. Fantastico creo q la empatia es el mejor valor q puede tener una persona.

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  8. Este comentario foi eliminado por un administrador do blog.

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