martes, 26 de maio de 2015

Lo que tEMgo

27 de mayo, día mundial de la EM.
Toca explicar qué es la esclerosis múltiple, procuraré que sea de una manera clara y sencilla, que no todos lleváis muchos años, demasiados, en una carrera de sanitario:
Todo comienza en el sistema inmune, el famoso encargado de protegernos del que tanto nos habla Lola Herrera, que un día y sin que se sepa aún por qué, decide atacar al sistema nervioso (en "Érase una vez el cuerpo humano" el equivalente serían las naves espaciales tripuladas por un señor bajito, pelirrojo de prominente nariz colorada).
En el sistema nervioso lo que atacan es una sustancia llamada mielina, que es una cubierta de grasa (bien podían comer la de otro lado) que protege los nervios como si del plástico de un cable se tratase, de ahí que cuando mi cerebro manda una orden, la señal llegue mal.
Cursa por brotes, es decir, normalmente la sintomatología está ahí a causa de las cicatrices que deja en el sistema nervioso, pero en ocasiones (cuando el sistema inmune se pone bravo) los síntomas empeoran notablemente.
Algunos síntomas, los más comunes, de la enfermedad son: descoordinación de movimientos, falta de equilibrio, ceguera, visión doble, incontinencia, hormigueos, lo que yo llamo "electrificación", que es algo así como sentir que si un tiranosaurio de Jurassic Park se acerca a tus piernas se cae frito, y la terrible fatiga, que es levantarse cansada y que todavía vaya a más a lo largo del día.
Como os podéis imaginar, nuestra vida no es un camino de rosas, y aunque lo fuese lo más seguro es que nos acabásemos desviando, pero pese a parecer débiles somos más fuertes de lo que incluso nosotros podíamos imaginar.
Las ganas de seguir adelante son las alas cuando nos cuesta caminar.

mércores, 20 de maio de 2015

Los días buenos

Hacen falta días malos para valorar los buenos. Hacen falta días buenos para luchar por ellos en los malos.
Llevo días caminando como un ternero recién parido, sufriendo y pidiendo una mano para bajar las escaleras sin pasamanos cual dama de alta alcurnia y con un dolor de los que te vuelve creyente por momentos (y no precisamente por pedirle a Dios un favor).
Ha llegado a mi esclerótica vida el segundo brote, ¡ni medio año de descanso me ha dado!
Pese a tener todos los ingredientes para ser un mal día, yo estaba feliz. Tengo en posesión el corticoide que desayunaré estos días y me devolverá la "vida normal" de hace un mes, me ha bastado recordar los días buenos para recuperar la sonrisa, y por contagio, se ha convertido en uno de ellos.
Dicen que todo depende del cristal con el que se mire, no es así. Si no hay luz no ves nada. Entonces entran los primeros rayos de sol, con forma de familia y amigos, de pensar "he estado peor y quedado como nueva", de ver fotos de momentos maravillosos en los que mi vida ya tenía la enfermedad como coprotagonista, y algo en mí ha sacado fuerzas para abrir la persiana y dejar que el sol ilumine de nuevo todo, y ha sido entonces cuando los cristales rosas han vuelto a funcionar.
Tal vez no sea tan simple y se deba a que tengo el cerebro "roído", pero si funciona aprovechemos.

                   Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido