venres, 13 de abril de 2018

La vuelta de tuerca

Tras los golpes me levanto con más fuerzas, más ganas y sobre todo, más humana. Finalmente tras uno de esos periodos de máxima incertidumbre, como contaba en mi post anterior, resultó ser que brote sí. No me explayo mucho con esto, pero bueno, un brote ordinario que me salió un poco rebelde y le resultaron insuficientes los tres bolos de corticoides por vía oral, entonces hubo que repetir el ciclo por vía venosa ingresando en el hospital.
A priori esta situación no le gusta a nadie, evidentemente como en casa en ningún sitio (aunque yo estuviera en mi salsa, todo el día en pijama y trayéndome la comida a la cama, hasta lo definiría como "una resaca de ensueño"), pero creo que a veces no enfocamos las cosas con el objetivo correcto. Nadie quiere verse en esa situación, pero tenemos que hacer por darle una vuelta de tuerca al asunto. Yo no me encontraba bien, mis síntomas no acababan de remitir; pero soy consciente de que si ese día me llevaran a Eurodisney mi malestar proseguiría. Estaba en el sitio idóneo para que el problema se atajara de la mejor y más rápida forma, simplemente fue una transición, no podemos buscar problemas en lo que realmente es la solución. A los dos días me echarían de allí y podría volver a subirme al carro de mi vida cotidiana (aunque ahora se base bastante en descansar y acabar de depurar los Tomahawks que me he chutado en unas "dosis de caballo" como dice el que fue mi profesor de farmacología).
Pero mi optimismo, o la buena suerte que siempre acabo por encontrar, quiso que mi experiencia fuera un paso más allá con todo esto.
Cuando subí a planta y llegué a la habitación, en la otra cama estaba la que sería mi compañera ese día, más o menos éramos de la misma edad por lo que sabía que aquello resultaría más llevadero (y ojo, que por lo general adoro a las personas mayores, pero siempre es más fácil con una persona más afín). Las preguntas de "¿y tú por qué estás aquí?" son prácticamente obligadas, supongo que en las cárceles pasará algo parecido. Pues la casualidad me dio una debutante en esclerosis múltiple. Pude decir eso que tanto me gusta, incluso emocionada ante la oportunidad que se me presentaba de tenderle la mano en esa tesitura de la que tanto suelo hablar por los recuerdos que guardo de aquel momento en el que me tronzaron a la mitad con tan solo dos palabras sintiéndome totalmente sola y asustada, "yo también tengo esclerosis múltiple, tú estate tranquila que con esto se puede vivir perfectamente". Era como si el destino me la hubiera puesto allí con un lacito para insuflarla de ánimos y con ello hinchar los míos. Tengo fijación con ayudar a los recién diagnosticados, porque yo fui una de ellos y recuerdo que lo único que quería era a una persona que conociera bien todo este tema, alguien que me aconsejara y me enseñara como se lidia con esto. Quiero que los demás tengan lo que yo no tuve en su día; porque a mí esas cosas son las que me llenan, sé lo balsámicas que pueden llegar a ser unas palabras de alguien que sabe exactamente por lo que estás pasando, lo incentivante que puede ser la mera comprensión total. Para mí saber que genero calma en una persona que la necesita (aunque por el día que pasamos juntas se ve que va a ser de las de "Rendirse no es una opción") trae mi propia paz, llegando incluso a sentirme egoísta; no lo hago por los demás, sino por ayudarme a mí misma, pero bueno, por lo menos es un buen vicio y mejor si se saca un beneficio compartido. Son el tipo de cosas que me hacen apoyar la cabeza tranquila sobre la almohada y sonreír, las cosas que me acercan a la persona que quiero ser, sobre la que cuando digan en su entierro "era muy buena persona" sea cierto, eso es lo que realmente me llena. Al día siguiente le dieron el alta, nos despedimos con un abrazo y la certeza de que esa relación no se quedaría olvidada en la habitación 446.
El segundo día me volvió a suceder, tras ausentarme de mis aposentos una hora por la resonancia, al llegar la cama estaba ocupada. Otra vez, una chica de mi quinta, muy nerviosa y me atrevo a decir que muy asustada tras haber sufrido otro desmayo en poco tiempo. No quería estar allí, al igual que todo el mundo como ya he explicado al principio de este texto, pero me dediqué a hacérselo entender, mejor cuidada que allí no iba a poder estar; también tenía un tac programado... y le expliqué en qué consistía la prueba ya que no la había hecho nunca, y sabiendo a lo que te enfrentas por lo menos te libras del nerviosismo que genera el desconocimiento... justo hice el check out ese día cuando ella bajaba para realizársela. Le di todo el ánimo que pude, le expliqué que sucedan los reveses que sucedan siempre habrá motivos para luchar en los peores momentos de cara a ser felices... y al día siguiente contactó conmigo para decirme que finalmente le habían diagnosticado epilepsia, pero que le había animado mucho conocer mi historia, ver como convivo y peleo contra la adversidad, otro punto positivo que sumo para mi vida y una amistad que seguirá también.
Estos días también vi muy necesario devolver todos los mimos, cariño y amabilidad por parte de todo, y cuando digo todo es TODO (médicos, celadores, enfermeros, técnicos...), el personal sanitario que me atendió. Siempre plantaba la sonrisa en la cara en cuanto los veía entrar por la puerta, esa gente tiene un trabajo muy bonito y muchas veces los descuidamos sin darnos cuenta de que también son personas humanas y que sobre todo están volcándose con nosotros para que nos podamos ir cuanto antes a seguir con nuestras vidas, me encantaba intentar sacar un chiste de debajo de las piedras o que simplemente les hiciera gracia mi pijama de Triky para que su jornada se les hiciera un poco más amena y llevadera, o por suerte, en estos casos de salud sé lo gratificante que resulta a veces el simple hecho de ayudar sonreír a alguien que no está pasando por sus mejores momentos. ¡Gracias otra vez equipazo!
No me puedo olvidar tampoco de toda mi gente, que aunque la gran mayoría de mis amigos e incluso familia no los tengo cerca por desgracia, estuvieron ahí, preocupándose, volcándose conmigo de nuevo. Dándome más motivos para seguir siendo la de siempre, la que lo único que quiere es pelear para que todas las cosas nos vayan bien. De verdad que siento que os quiero a todos mucho más y no sabéis lo bien que me hacéis sentir, porque sois la gasolina que impulsa a todo este motor, os merecéis lo mejor y que yo luche por intentar dároslo.
Y creo que ya por último, a todos mis amigos virtuales a los que la esclerosis ha puesto en mi vida. Decís que os ha encantado el ánimo y el humor que he arrojado todos estos días, sólo quería demostraros que es posible sacar el lado bueno de las cosas en todas las situaciones, que con risas y sonrisas se consigue muchísimo. Y que si os consigo animar es porque vosotros me incentiváis a hacerlo, porque como ya he dicho, pocas cosas me ayudan más a mí que ayudar a otras personas, es la belleza de la retroalimentación.
Finalmente, y concluyendo... puedo afirmar que me siento más viva que nunca (aunque como para no con todo lo que me he metido estos días), con muchas ganas de seguir haciendo este tipo de cosas, sobre todo porque cada vez veo que es una labor más sencilla desde mi posición hacer que el mundo sea un lugar un poco más bonito en el que vivir. Os aconsejo que seáis siempre amables y animados, porque os sentiréis mejor con vosotros mismos, muchas veces ese camino comienza dándose cuenta de que no andas solo, y nunca sabes la gratificación y alegría que puedes encontrar en un simple "me has ayudado mucho". Creo que el amor es la cosa que mejor sienta y siempre hay sitio para conocer y querer a más personas. Como dice el gran Luis Arbea, filósofo y poeta afectado de EM: "generamos vida en las personas que queremos" y a mí nada me gusta más que la vida. Empapaos de amor y motivaciones por las que vivir y estoy segura de que hallaréis camino a la felicidad.
De verdad, gracias por quererme y dejaros querer.

5 comentarios:

  1. Eres tan puta vida (tete!) que es imposible soltarte! gracias por estar, ser y sonreir. Baile mano

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  2. Cómo me encanta leerte, saber que no soy la única con esta situación, quiero ser y ver las cosas como tu. Soy Paola Guel de México, te envidio en parte porque tienes apoyo de tus instituciones de salud que apoyan a pacientes y dan a conocer la enfermedad, yo por el contrario acá en mi tierra es un mucho desconocida. Tengo 9 meses de diagnóstico de EM y una sola resonancia desde mis mis múltiples EMpisodios y sacada a la luz por oftalmologos que cuando iba a hacerme cambio de graduación de mis lentes notaron mi nervio óptico dañado; y una de ellos me dijo que me hicieran una resonancia y yo al principio dije "pero que locura que un problemita visual conlleve a una resonancia" y mucho más complicado porque no estaba cotizando a mi servicio de salud por mi desempleo y de dónde iba a sacar dinero, Pero gracias a Dios que me hizo coincidir en relación amorosa con mi Oscar porque gracias a su amor y su apoyo incondicional me pude hacer la resonancia y el me está pagando mi servicio de salud.

    Todo suena tranquilo hasta aquí, porque recién me llegó un síntoma que desconozco en parte si es uno de los síntomas de una recaída, este síntoma es dolor de cervicales.

    Me gustaría estar en contacto más directo contigo para explayarme con mi caso y que me orientes y me ayudes a ver las cosas a tu manera.

    Gracias por estar.


    Saludos

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    1. Hola Paola! Me alegro de que te haya gustado y que mi experiencia pueda transmitirte un poco mi alegría. Si quieres mi mail es Viviemdo@gmail.com, puedes escribirme ahí y ya vemos cómo podemos hacer para tomarnos un "café virtual" por Skype algún día o algo (por cuadrar horarios transoceánicos más que nada jeje).

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    2. Muchas muchas gracias, te agrego a mi cuenta de Skype y platicamos.

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    3. No, no, escríbeme al mail y desde ahí ya te doy la diré de Skype, que con ese no tengo cuenta jeje.

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